Por Francesca Cicerelli, Scrum Master en Landscape
Desde hace un tiempo se comenzaron a buscar distintas alternativas para que las empresas pudieran tener procesos más rápidos y ágiles. Esto último, debido a que las formas habituales de trabajo ya no eran suficientes: la comunicación entre los equipos de una organización no se daban con fluidez, y el lograr entregar los productos a tiempo se volvió cada vez más difícil, impactando en el negocio.
Es por esto que comenzaron a nacer metodologías que prometían acelerar los procesos y gestionar los proyectos de forma exitosa. Se trata de las también llamadas: “Metodologías Ágiles”, las cuales consisten en una serie de prácticas que logran conjugar los valores y principios de una organización, con nuevas formas de hacer las cosas, que consigue unificar el enfoque y entregar valor al negocio.
Pero ¿cómo cambiar la forma de trabajo de un día para otro? Para mí, la clave es cambiar la organización desde adentro, es decir, transformar la cultura organizacional, lo que es todo un desafío, pero que vale la pena cuando la meta es mejorar la gestión y lograr mayor eficiencia en los equipos.
Una forma de trabajo cuya palabra clave es la “agilidad”, pero también donde hay que balancear la flexibilidad y estabilidad, cuidando la adaptabilidad de cada una de las personas que componen el equipo. Esto, para lograr que efectivamente se concentren en un objetivo en común, y trabajen juntos cada uno desde su experiencia y experticia, autorganizándose y autodirigiéndose, (como indica el ingeniero y experto en metodologías ágiles, Brad Appleton), sin olvidar el fortalecimiento de los liderazgos y el uso de la inteligencia colectiva.
En resumen, las metodologías ágiles incluyen una generación de roles, que pueden ser rotativos, y que permiten a las personas estar constantemente siendo desafiadas a hacer cosas nuevas, logrando una mayor aceptación y un mayor engagement en su trabajo. Los mismos líderes de planificación y dirección pasan a generar confianza y facilitar las decisiones del equipo, como asevera también Diana Larsen.
Además, existe un apoyo constante y mutuo entre los miembros del equipo, con pequeñas metas que convergen en una meta final, que la mayoría de las veces es un producto entregable. Entonces ¿Cuáles son las principales diferencias en el proceso? Los invito a revisar la siguiente imagen que explica el ciclos de vida de ambas metodologías:
¿Vieron las diferencias? Es que la iteración constante, el reconocimiento de prioridades es fundamental para lograr mejores productos, y sobre todo, enfocarse en las metas que generarán mayor valor en la empresa. En el siguiente recuadro, indico de forma específica algunas diferencias que yo he podido ver:
Metodologías ágiles | Metodologías tradicionales |
Están preparadas para cambios durante el proyecto | Son poco flexibles a los cambios |
Proceso menos controlado, orientado a la autogestión | Tienen un proceso mucho más controlador, con numerosas normas |
No existe contrato tradicional o al menos es bastante flexible | Existe un contrato prefijado |
El cliente es parte activa en el proceso de desarrollo | El cliente interactúa con el equipo solo mediante reuniones de entregas |
Se lleva a cabo en grupos pequeños. 10 integrantes o menos y todos tienen conocimiento sobre todo el proceso de desarrollo | Se lleva a cabo en grupos grandes, y posiblemente, a cada integrante se le asignen tareas específicas |
Si bien, en la tabla anterior se reflejan diferencias de forma explícita, hay un elemento que es innegable: ambas buscan que un proyecto sea exitoso. ¿Pero por qué nace la necesidad de incorporar la metodología ágil entonces?
La Metodología Ágil, fue inicialmente diseñada para proyectos complejos, donde existe incertidumbre, el entorno es volátil y los requerimientos o funcionalidades no se conocen con exactitud. Porque todos hemos vivido la experiencia de que el cliente no tiene claro “qué quiere o cómo lo quiere”. Una situación que no está contemplada en la metodología tradicional, donde las decisiones se deben tomar antes del inicio del desarrollo.
Es por esto que la Metodología Tradicional le ha cedido el paso a la Ágil, para que protagonice la innovación, vanguardia y efectividad de compañías como Google, Microsoft y Landscape, haciendo cada vez más interesante su viaje al éxito, siendo flexible, adaptativa y de rápidas entregas, logrando las metas de formas diferentes, para dar los resultados esperados al negocio y brindar una gran ventaja competitiva a la empresa que la utilice.
