¡Los cambios son necesarios y son pan de cada día en todo orden de cosas!
Así como los humanos cambian, la máquina tecnológica también se transforma. En esta línea, todo en el mundo de TI cambia frecuentemente, ya sea en un año, en 6 meses, e incluso, un par de meses. Por ejemplo, los lenguajes van liberando nuevas versiones y dejando deprecadas las anteriores, por eso que a veces las aplicaciones quedan obsoletas solo por el stack tecnológico con el cual fue diseñado y así mismo pasa con las plataformas. Otro ejemplo u otra forma de decirlo, son las populares nubes en donde si no has hecho una migración hacia ellas ya estás en el pasado y es aquí donde nos vamos a centrar. Un copo de nieve se puede transformar en una gran bola de nieve.
Ya en la práctica una nube te ofrece muchos servicios y utilidades que demuestran que ámbitos como la logística, lo operativo, la infraestructura, el performance, la seguridad, el monitoreo, etc, son mucho mejor que el ambiente on-premise, donde existe un montón de barreras para obtener un mejor rendimiento. Con la nube y otras tecnologías pasamos de hacer un ambiente de producción con pruebas que pueden durar toda una noche a ver estos cambios reflejados incluso en un par de minutos. Es por esto que pensamos en la migración y decidimos hacerlo, pero ¿Cuál es el siguiente paso para ir allá?
La migración a la nube no son simples pasos, lleva consigo una inmensidad de ámbitos a considerar, como los siguientes:
Primero para la nube:
-¿Usarás AWS,GCP, AZURE u otra?¿Pública o privada?
-¿Conoces el pricing de la nube que elegiste? ¿Los precios son transparentes?
-¿Cuál es el beneficio de tu elección? (Objetivos, ventajas, resultados)
Para el personal TI y stakeholders:
-¿Están capacitados para manejar la nube que elegiste?
-¿Tienes los perfiles necesarios en cuanto a cantidad y especialización?
Recuerda que solo un DevOps no solucionará todo lo que necesitan los desarrolladores. La seguridad en la nube no es lo mismo que en los antiguos ambientes.
Para las Aplicaciones como minimo tienes que pensar:
-Inventario
-Verificación del estado actual en el entorno (rendimiento, stack tecnológico)
-¿Qué tipo de aplicación es? (comercial o técnica)
-¿Quién es el dueño de la aplicación? ¿Actualmente hay alguien que conozca la lógica de negocio implementada?
-¿Está documentada?
-Si pensamos llevarla a la nube ¿necesitamos refactorizar o reescribirla? Recuerda que esto puede traer problemas de compatibilidad, performance, entre otros, y quizás debas pasar de un monolito a microservicios.
-¿Realmente obtienes beneficios de llevarla a una plataforma cloud?
-¿Qué usas para la integración y despliegue continuo?
-¿Están dentro de un container?
No nos olvidemos de los problemas una vez que estemos en la nube:
-Ten en cuenta el tiempo de inactividad que puede tener migrar una aplicación.
-La posible ejecución deficiente (piensa en la arquitectura y seguridad en la nube)
-Pérdida de datos.
-Pérdida del personal importante como desarrolladores y personas que conocen la aplicación.
-Incompatibilidad.
Y para agregar otros temas
-¿Tienes un presupuesto definido con holgura para realizar las actividades necesarias? Acá hablamos del dinero y del tiempo, recuerda que si llegase a haber un inconveniente, fácilmente podemos agregar otros 3 o hasta 6 meses al proyecto y eso impactará directamente en el bolsillo de tu empresa.
-La infraestructura a la que quieres llegar ¿está validada por un arquitecto?
-¿Quiénes administran la nube? ¿Quiénes tendrán acceso y quiénes no?
Si bien migrar hacia la nube es un paso completamente recomendado, hay que considerar distintos puntos para que sea un proceso amigable para las compañías, donde todas las dificultades puedan ser resueltas con profesionalismo, rapidez y expertis. Landscape, tu asesor tecnológico experto, te puede ayudar en este desafío, con un staff completamente capacitado que hará de esta nueva innovación, una experiencia segura, flexible y personalizable para tu empresa.