Lean UX, una metodología para mejorar tus productos digitales

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Al comenzar cualquier proyecto, tendemos a gastar demasiada energía en tratar de alcanzar la “perfección”, desde la planificación de nuestro producto hasta su construcción, ideando y pensando las avanzadas funcionalidades o características que éste tendría. Como resultado terminamos con un concepto bastante detallado, una estrategia de equipo que a primera vista parece impecable y un prototipo que deja muy conforme a nuestros stakeholders. ¿Suena bien cierto? Claro que sí, pero pronto te darás cuenta que esta situación idónea puede complicarse fácilmente.

Estamos claros que la creación de cualquier producto digital es un proceso que resulta bastante demandante y agotador, además que este proceso por mas extenuaste y detallado que sea finalmente no garantizará el éxito de tu proyecto.

Es en este momento cuando el desarrollo ágil cobra su real importancia, y como su nombre lo indica, comprende procesos dentro del desarrollo de productos que son rápidos, flexibles y sostenibles. Su foco se encuentra en comprender la situación real en la que se encuentre el proyecto y el equipo que lo desarrolla en un momento determinado, además de identificar hacia dónde se quiere apuntar con sus funcionalidades y ser capaz de adaptarlo a un mercado que cambia constantemente.

Por todo lo anterior y varios puntos más, es que las metodologías ágiles ganan mas adeptos cuando se trata de diseño UX y una de estas metodologías es el diseño Lean UX.

¿Qué es el diseño Lean UX?

Su planteamiento se resume en la implementación de una funcionalidad de forma incremental en base a mínimos viables, cuyo éxito quedará determinado al medir resultados y compararlos contra una hipótesis de beneficio.

Lean UX es una técnica que va muy de la mano con los métodos de desarrollo ágil y resulta ser unos de los mejores aliados para no desperdiciar recursos y al mismo tiempo maximizar el valor de nuestro producto.

Para lograr esto, el diseño Lean UX ignora completamente los “entregables”, centrando su atención y energía en generar una retroalimentación inmediata sobre prototipos complejos o un “producto mínimo viable” con el fin de realizar cambios pequeños, continuos y sostenibles durante la implementación o mejora de una funcionalidad.

La esencia de esta metodología es tratar de ampliar lo que se entiende normalmente como “diseño de experiencia de usuario”, enfocándose en crear un producto que los usuarios de verdad necesiten y usen, lanzarlo al mercado lo más pronto posible e ir ajustándolo con pequeños detalles mediante ciclos iterativos gracias a este feedback inmediato. De este modo, podemos llegar a comprender rápidamente si nuestro producto cumple con los objetivos del negocio y al mismo tiempo podemos definir sus beneficios reales y medir su valor.

¿Por qué utilizar Lean UX sobre otros métodos de diseño UX?

La respuesta en sí es simple: Lean UX es más rápida, flexible, iterativa, eficiente y económica en comparación con otros métodos tradicionales de UX que terminan extendiéndose por periodos más largos de tiempo y que involucran un gasto mayor.

Esta metodología promete que el desarrollo de nuestros productos logre ser eficiente en cuanto al tiempo, rentable en base a la optimización de recursos y centrado en el usuario gracias a sus pruebas e iteraciones, siempre basándose en el conocimiento y los datos para tomar cualquier decisión.

Cabe mencionar que es una metodología de naturaleza colaborativa y que en la práctica nos permite renunciar a una gran cantidad de documentación previa, para así centrarnos en generar soluciones rápidas en cada nueva situación, superando así en cierta medida a algunas metodologías de cascada más tradicionales del mundo UX.

¿Cómo iniciar un proyecto con Lean UX?

Esta metodología se basa en tres conceptos principales: Pensar, hacer y verificar.

1. Pensar:

La etapa de pensar se refiere generar suposiciones sobre tu producto, sobre el problema que quieres resolver y/o tu usuario, concentrarse en el “por qué” y no en el “cómo”.

El suponer, que de por sí se realiza en dinámicas que involucran a todo el equipo de trabajo, tiene una gran importancia ya que a partir de dichas suposiciones nacen hipótesis que posteriormente necesitarán ser comprobadas.

Algunos de los procesos de la etapa del pensamiento incluyen: Entrevistas a stakeholders, lluvia de ideas, propuesta de valor, análisis competitivo, entre otros.

2. Hacer:

Una vez tengas tu hipótesis, puedes pasar a la construcción de un Producto Mínimo Viable (MVP). Un MVP es un producto en su forma más básica con una cantidad mínima de funciones, suficientes para atraer a los primeros usuarios y poner en marcha un ciclo de iteración y retroalimentación con ellos.

En esta etapa puedes apoyarte con algunas herramientas como lo son: prototipos, wireframes, maquetas e incluso ¡dibujos a mano!, ya que lo mejor de esta etapa es que no necesitas exagerar con el resultado de tu MVP, solo necesitas simular un producto terminado que sea lo suficiente claro para generar interés y obtener comentarios reales de parte de tus usuarios.

3. Verificar:

Es la última etapa del ciclo Lean UX. Aquí es donde probamos nuestro MVP con los usuarios para validar o rechazar nuestra hipótesis. Para verificar o “testear”, podemos realizar pruebas tales como: Pruebas A/B, revisión de analíticas, pruebas con usuarios, entrevistas, mapas de calor, entre otros.

Una vez tengamos todos los resultados de nuestras pruebas, los analizamos y reflexionamos. Posteriormente, los nuevos conocimientos nos sirven para comenzar nuevamente un ciclo iterativo integrando mejoras basadas en nuestros descubrimientos.

El diseño Lean UX nos demuestra que lo lento y constante no siempre gana la carrera, ser rápido y observador también puede ser una combinación ganadora. Esta metodología ágil nos prueba que recibir retroalimentación de parte de nuestros usuarios es más importante que recopilar la enorme cantidad de documentación que se requiere en algunos métodos mas tradicionales de UX, pero no olvidemos que para tener éxito aplicando Lean UX en nuestro proyecto necesitaremos de un equipo comprometido en la búsqueda de soluciones reales, que comprendan el verdadero valor del producto y así impactar positivamente en el negocio y en la vida de usuarios.

Fernanda Vega, es Diseñadora UX/UI de Landscape, donde su principal función es la investigación de valor para clientes, guiar y definir usabilidad e interfaces gráficas de los productos Mobile y Web desarrollados en la compañía.

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