Cuando las compañías se embarcan en la idea de generar proyectos, hay muchos factores que deben dejar resueltos para que el plan de trabajo sea eficiente y así conseguir resultados exitosos, que a su vez, estén alineados con los objetivos planteados.
Uno de los elementos que se deben revisar antes de comenzar la gestión, es la metodología que se utilizará. Para algunas personas determinar este punto no significa una decisión compleja porque están acostumbrados a trabajar con la misma metodología siempre, no obstante, en la medida que los equipos van estudiando nuevas formas de trabajo, se pueden encontrar con nuevas puertas para alcanzar el éxito.
Dentro de todas las metodologías que se han desarrollado para realizar proyectos de baja o alta escala, existen distintas categorías que podrían adecuarse de mejor forma a tu compañía, plan de trabajo y equipo.
¿Qué es lo más importante? ¡Que las conozcas para que decidas!
En Landscape te contamos cuáles son las principales:
1) La metodología secuencial tradicional:
Esta metodología se determina por etapas que siguen una secuencia, donde al terminar una fase se comienza otra. Aquí los equipos y liderazgos tienen pleno control de lo que está pasando en cada uno de los procesos, permitiendo la revisión exhaustiva de los puntos fuertes y falencias a medida que se sortean y cumplen las etapas.
Pero no todos son ventajas, porque si bien la revisión cumple un rol fundamental en estas metodologías, los proyectos pueden tornarse estáticos. Esto quiere decir que si uno de los líderes o integrantes del equipo considera que se deben hacer cambios a lo ejecutado hasta cierto nivel, no se puede avanzar hasta la otra fase, o incluso, podrían verse en la necesidad de volver al inicio.
Dentro de las metodologías tradicionales más destacadas se encuentran la de Waterfall, Critical Path Method (CPM) y Critical Chain Project Management (CCPM).
2) Metodologías ágiles:
Actualmente, y luego de la crisis sanitaria que azotó al mundo por el Covid-19, cada vez hay más empresas que han apostado a una cultura organizacional que se basa en la transformación digital, donde se están implementando metodologías flexibles, para llevar a cabo proyectos que optimicen los recursos y el tiempo.
¿Cuál es la fórmula? Metodologías ágiles que no requieren definir al inicio de los proyectos el alcance que van a tener, sino que fragmentar las etapas para que el proyecto sea capaz de adaptarse sobre la marcha, ser complementado con innovaciones interesantes y ser resuelto en poco tiempo.
En definitiva, esto permite que el proceso sea flexible, que las prioridades puedan ir variando de acuerdo a las necesidades y que se puedan obtener resultados tangibles desde el principio del proyecto.
Algunas metodologías que se destacan son Scrum, Kanban, Extreme Programming (XP) y Adaptive Project Framework (APF).
3) Metodologías basadas en el proceso:
Estas metodologías están enfocadas en las áreas de gestión de procesos de negocios (Business Process Management, BPM), cuyos métodos se centran en el trabajo como un conjunto de procesos que están interconectados, buscando objetivos concretos para todos ellos.
Dentro de esta macro categoría se encuentran metodologías como: Lean manufacturing, que se centra en la simplificación y reducción de los desperdicios; Six Sigma, basada en estadísticas que proporcionan datos para medir los errores y reducirlos lo máximo posible, y Lean Six Sigma, combinación de palabras que engloba el enfoque Lean (“sin desperdicio”) y la mejora de la calidad de Six Sigma (“cero defectos”).
Hay muchas metodologías que podrían optimizar los procesos de tus proyectos, pero lo más importante es que reconozcas el que se adecúe a tu equipo, objetivos y que le aporten valor a tu empresa. Asesórate con los expertos de Landscape y obtén resultados con calidad asegurada.